Cholos, ya sea en plural o en singular, era el insulto preferido de los chilenos a los tacneños. Y muchas veces este sustantivo venía sobrecargado con adjetivos hirientes. Así lo recuerda el historiador Gustavo Pons Muzzo: era tan difícil ser peruano durante la ocupación chilena en Tacna. Su memoria de 90 años –recién cumplidos– aún guarda el nombre de Máximo Lira, autoridad chilena que obligó a su familia a dejar Tacna, en 1925. La chilenización no permitía ni un "Viva el Perú" por las plazas, ni banderas en la puertas y menos que se cantara el Himno Nacional. Ante el abuso, la familia Pons Muzzo vendió todas sus pertenencias y hasta su casa.
"Los chilenos imponían su capricho, nos hostilizaban", dice finalmente, luego que he repetido varias veces la pregunta, ya que con los años al Dr. Pons Muzzo se le hace más difícil escuchar.
En el buque Oropeza arribó a Lima con su padres Bartolomé Pons y Elsa Muzzo y sus hermanos. Su papá abrió una tienda para mantener a la familia. Al terminar sus estudios en el Colegio Guadalupe ingresó a las Facultades de Letras, Derecho y Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Con el grado de bachiller en la mano, el dilema de seguir un doctorado en Derecho o en Historia le seguía a todos lados. No sabía cuál camino escoger. Hasta que su hermano mayor Julio se lo reveló: Historia, porque siempre que abría los periódicos buscaba noticias con datos históricos.
Aceptó el consejo y se volvió alumno de Jorge Basadre. Las clases teóricas las complementaba con extensas horas en la biblioteca. Una mañana el doctor Basadre, como trabajaba en San Marcos, se le acercó para preguntarle qué hacía con tantos libros.
Don Gustavo Pons Muzzo se casó el 21 setiembre de 1950 con doña Áurea Díaz. Hace unas semanas cumplieron 56 años de casados.
–Estoy preparando mi tesis, doctor – respondió. Basadre lo llevó dentro de la biblioteca. Puso una mesita, una silla y le dijo que podía consultar los libros que buscaba. Con este permiso siguió recopilando información y un día Basadre lo llamó: "Pons tengo listo el 1er. tomo de mi Historia de la República y la bibliografía la tengo toda revuelta. ¿Sería usted tan amable de ordenarla".
Y no se equivocaba. Eran varias rumas de libros pero no dio un paso atrás. Después de organizarlos escribió la bibliografía en una lista y se la entregó. Cuando el libro se publicó en 1939, Basadre se lo enseñó y leyó en voz alta unas líneas de la dedicatoria: "Un distinguido estudiante, don Gustavo Pons Muzzo, ha colaborado eficientemente en la preparación de la bibliografía".
El joven Pons Muzzo sintió que en esos segundos había pasado su bautizo de fuego académico, que esas palabras que pasarían a la historia confirmaban el consejo de su hermano y que su admiración por el Dr. Jorge Basadre mezclaba lo académico con lo vivencial. Porque ambos eran paisanos y ambos habían sido expulsados de su Tacna.
"Ese fue mi mejor elogio, fue mi partida de nacimiento como historiador. Yo siempre lo llamé maestro", dice.
Recordar también cansa y Pons Muzzo recupera fuerzas, en silencio. Mientras tanto, su hija Aura comenta que el enorme cuadro de San Martín, colgado en una de las paredes, refleja la admiración de su padre por este libertador. De repente su padre retoma la conversación y como si fuera su alumno colegial – y lo he sido, al igual que millones de peruanos que hemos aprendido de sus libros– explica que San Martín instaló el primer Congreso de la República.
1. Con sus padres y hermanos.
2. Con el ex presidente José Bustamante y Rivero. Recibiendo las Palmas Magisteriales.
"Antes de irse le dijo a su secretario: ‘Bolívar y yo no cabemos en el país. Cuando conversé con él en Guayaquil me di cuenta de sus ambiciones’", dice. –San Martín quería terminar la guerra en el Perú– interrumpe su hija para ayudar.
–¿Quién está contando, tú o yo?, pregunta don Gustavo con autoridad de maestro y añade que Bolívar fue un dictador, que apresó y mandó a fusilar a mucha gente. Un tirano.
Enseñanza
Su primera experiencia como profesor de Historia fue en el Colegio Dalton. A sus 26 años dictaba a quinto de media. Los alumnos lo respetaban pero a veces las alumnas se le insinuaban, le cruzaban las piernas y lo miraban con insistencia. La admiración ya era un acoso.
–Claro, mi papá era muy guapo y aún lo es – dice su hija Aura.
También enseñó en el Colegio Leoncio Prado, donde llegó a ejercer la Dirección de Estudios. Muchos de sus estudiantes, ahora son militares de alto rango y en las ceremonias le agradecen que haya sido su profesor. Al igual que sus alumnos de los colegios Ricardo Bentín, Mariano Melgar y de su alma máter: la Universidad San Marcos.
Su mayor elogio es saber que muchos padres le heredan a sus hijos, varios de sus libros. La mayoría escritos para enseñar en colegios. Libros para aprender la historia del Perú, que ya son parte de nuestra historia. "Somos producto de España y de la cultura indígena. Somos un país mestizo. La cultura occidental y la indígena. Ahí está la formación del Perú", dice.
Por su curiosidad académica y deber tacneño viajó a Chile, a Talcahuano para visitar el Huáscar. Subió, y los oficiales chilenos lo saludaron militarmente con respeto cuando entró al camarote de Miguel Grau.
El doctor Pons Muzzo tiene un pedido: que los peruanos aprovechemos sus libros. Sentado en su escritorio de madera, con santos y estampitas del papa Juan Pablo II, revela que es devoto de San Martín de Porres y de San Antonio de Padua, por los milagros recibidos.
Solo queda la última pregunta, sobre la estrofa apócrifa del Himno Nacional. Con voz cansada comenta que la oficial es la de José de la Torre Ugarte, con música de José Bernardo Alzedo, que es la única que vale. Sin más que opinar, ya exhausto, se disculpa con sus ancianos ojos infantiles. –Me declaro en huelga.
Último libro
Lo publicó conjuntamente con su hija María Elsa. Se llama Enciclopedia de Historia del Perú para niños y es el texto ganador de una licitación convocada por el Ministerio de Educación. Este libro será distribuido gratuitamente en las bibliotecas de los colegios estatales.