Casa Matusita
Un 25 de agosto de 1753, según cuenta la historia, las aguas del puerto del Callao se encontraban extrañamente embravecidas para la temporada... Una neblina caía sobre toda Lima, mientras desembarcaba proveniente de Europa Parvaneh Dervaspa, una mujer de cabellos rubios, piel blanca y sonrisa cándida.
Parvaneh Dervaspa se situó cerca al centro de la ciudad, en una vivienda ya antigua para esa época. Desde ese momento sucesos paranormales comenzaron a ser la comidilla de los habitantes de esa ciudad.
Parvaneh era una bruja descendiente directa del imperio persa, había heredado los mitos, leyendas y el poder de sus ancestros. Es así muchos de sus vecinos quedaron anonadados de como ella podía curar enfermedades que la ciencia no podía y demás cosas extrañas.
Los rumores de Parvaneh, llegaron a oídos de la Santa Inquisición, que desde el 15 de noviembre de 1573 ya realizaban quemas de brujas en actos públicos (autos de fe) en la Plaza Mayor de Lima.
Parvaneh a pesar de sus poderes paranormales no era una hechicera que deseara el mal a los demás, su trayectoria por Europa la había hecho cambiar y reflexionar sobre su vida pasada... aparentemente esto no fue suficiente para la Santa Inquisición.
Con antorchas en mano llegó un tumulto movilizado por la Santa Inquisición a sus puertas el 13 de julio de 1754, dispuestos a enfrentarse al demonio mismo si era necesario, con la sola intención de apresarla. Por más explicaciones que dio Parvaneh, fue obligada por medio de torturas a decir que era seguidora del diablo mismo y fue condedana a morir en la hoguera un 23 de octubre de 1754.
Escriben algunos autores de lo paranormal de la época que Parvaneh, mientras era quemaba viva, lanzó una maldición (las especificaciones de la maldición son contradictorias entre varios autores, algunos dicen que maldijo la morada donde vivía, otros dicen que maldijo a la gente que ayudó a detenerla).
Según la historia por esos años se dieron muchas pestes en la ciudad de Lima, muchas de estas fueron atribuidas a dicha maldición.
Luego de mucho tiempo la casa se volvió ruinas hasta que una familia de inmigrantes asiáticos la reconstruyó por el siglo XIX. Cosas extrañas pasaban en los corredores de la casona, se oían voces, la gente no podía dormir, se veían extrañas sombras y todo este tipo de sucesos paranormales.
Cuenta la historia que uno de los descendientes asiáticos perdió la razón. Este golpeaba a su servidumbre y en general trataba muy mal a todos. Un día el mayordomo y la mucama aparentemente también trastornados por los sucesos paranormales decidieron acabar con esto y en una macabra ceremonia lo descuartizaron. Luego para borrar huellas prendieron fuego a la casa.
Misteriosamente la casa quedó en pie, los sirvientes fueron enjuiciados y mandados al manicomio. Después de eso pasaron muchos años hasta que alguien compró el terreno, nuevamente inmigrantes asiáticos.
Por los años setenta, ochenta Vilchez Vera, un artista de la televisión, hizo una apuesta en cadena nacional diciendo que podía permanecer 7 días en la casa (ya conocida en la leyenda popular por todos). Al cuarto día lo tuvieron que sacar debido a los gritos que se escuchaban.
Vilchez Vera terminó recluído por 13 meses en el manicomio.

La casa en la actualidad esta vacía (el segundo piso) , hay muchos psíquicos que cuentan relatos inauditos después de haber entrado en ella.

Todo aun permanece en un misterio.