Ya sea que vayas a comprar un colchón para tu hijo adolescente, para ti o para un bebé, hay unos principios básicos que sirven para todos, un buen colchón ha de:
- Repartir el peso del cuerpo por todo el colchón de forma uniforme, uno en el que se hunda el tronco, será malo para la salud de la espalda.
- Ser firme, que no duro, no se trata de dormir sobre una base tan rígida que no permita moverse, pero sí es adecuado un colchón firme, y esto va ligado al gusto personal de cada uno y, por supuesto, al peso.
- Respetar la curvatura natural de la espalda y no obligarla a estar más doblada o rígida de lo normal.