La censura del popular videojuego World of Warcraft – que tiene más de 12 millones de usuarios en todo el mundo – ha desencadenado un enfrentamiento entre las instituciones del gigante asiático, que discrepan sobre el veto.
La nueva prohibición es una más dentro de la campaña de “limpieza” de la red que efectúan las autoridades, que pretenden eliminar el acceso a los contenidos “pornográficos y violentos” a los internautas chinos, la mayor población del mundo en Internet con más de 380 millones de clientes.
La decisión la tomó el lunes la Administración General de Prensa y Publicaciones, que instó a la compañía NetEase, encargada de gestionarlo en el gigante asiático, a suspender esta actividad bajo amenaza de sanciones.
Sin embargo, el Ministerio chino de Cultura salió ayer al paso asegurando que la GAPP no ostenta competencias en esta materia. “No tiene ningún derecho para autorizar a NetEase a cesar el Burning Crusades (la versión del juego más jugada en China)”, dijo el jefe de Mercados Culturales, Li Xiong.
Para acabar de complicar el asunto, NetEase -una de las compañías más importantes del sector del entretenimiento “on line” en China- emitió un comunicado en el que niega haber recibido ninguna comunicación oficial respecto a la decisión de prohibir el juego. “A fecha de hoy, no hemos recibido notificación alguna de la GAPP”, expone la nota.
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