Telos
Un minuto transcurrido
Viendo a los dos hombres revisar la cantidad de documentos, la escena resultaba francamente cómica. Claro que para los espectadores, no para los protagonistas. Quizá se preguntaban qué podrían aportar el forero o la profesora, ambos personajes que siempre tenían algo que decir pero ahora estaban muertos.
El doctor estaba en silencio.
El ladrón, balbuceaba.
Mientras tanto, el tiempo iba avanzando de manera inclemente. Quedaba un minuto más. Y a solo metros de distancia y separados por una puerta eléctrica, el T-herion aguardaba.