Buenas tardes amigos lectores, en esta oportunidad el sr. Gerardo manuel hace un comentario sobre "la canción del mundial", y crítica la organización o mejor dicho elección del tema, teniendo sudáfrica una amplia fuente musical local. Sin mas que decir espero lo lean con detenimiento.
---------------------------------------------------------------------------------------------------
Sudáfrica 2010: Wákala, Waka…
Una de las razones principales --aparte de los desacertados comentarios de los narradores locales-- por las que bajo el volumen del televisor cuando me preparo para ver los partidos del recientemente iniciado Mundial es no escuchar la desafinada y destemplada voz de la indescriptible Shakira.
Y no es solamente eso, sino también la débil estructura musical del llamado tema del Mundial, que a la vez es una copia de otra copia de una canción que escuchamos desde hace unos años atrás. Mi pregunta es: ¿cómo un país representando a un continente, con una riqueza musical propia, inigualable y que se dio el lujo de ser la cuna y origen de toda la música que conocemos actualmente, puede haber escogido semejante mamotreto como canción representativa de un evento que podríamos denominar histórico?
Como antecedente no tenemos que remontarnos hasta los orígenes de los ritmos que se desarrollaron indiscutiblemente gracias al primitivo tam tam africano, que no solamente servía como base para las danzas tribales sino también como medio de comunicación. Cuando llegan a América los esclavos africanos traen consigo su herencia cultural indiscutible y gracias a ellos se escuchan los primeros compases de música que poco tiempo después se convertiría en universal.
Hasta los más recalcitrantes calvinistas escoceses, quienes habían prohibido los instrumentos musicales por ser tecnología diabólica, tenían su “música vocal”, en la cual los sonidos que debían hacer los instrumentos eran logrados al reemplazarlos por canto y sílabas cantadas como “Diddley Diddley Dum Dum”. Más adelante los violines, tocados en un contexto folclórico se integraron a la música de los irlandeses, los ingleses y los suecos, quienes se establecieron primero en el Nuevo Mundo. Los esclavos africanos introdujeron los tambores, que al principio fueron prohibidos cuando los amos de estos esclavos se dieron cuenta que además servían para enviar mensajes; también trajeron el banjar, instrumento parecido a la guitarra con una piel curtida que servía como resonador. Y así, las piezas se fueron uniendo a un gran rompecabezas resuelto mucho tiempo antes de la Revolución Americana, listas para combinarse y cambiar en formas que nadie jamás hubiera imaginado.
Luego de la Guerra de la Independencia y pasando la Guerra Civil, la música afroamericana cambió. La música folclórica negra había atraído la atención de los blancos americanos, al extremo que grupos vocales blancos imitaban a los negros, como los Christy Minstrels, maquillando el color negro de la piel al aplicarse mazorcas quemadas.
La innovación más popular de los afroamericanos a finales del siglo XIX fue el estilo musical llamado ragtime, música basada en el piano, con ritmos fuertemente sincopados y cromáticos. El genio del ragtime fue Scott Joplin,(recordemos el famoso tema de la película “El Golpe”), cuya carrera comenzó en los salones de piano de los bares de St. Louis. Y este fue solo el comienzo de lo que significó la historia de la música hasta nuestros días gracias a la música africana.
Resumiendo, hasta ahora no nos explicamos por qué un país con tal riqueza natural, que nos ha permitido disfrutar de la música más apreciada de todos los tiempos, no convocó como representante de su cultura musical a uno de sus grandes artistas, y para citar solamente un caso les pongo el ejemplo de una sociedad musical llamada “Ladysmith Black Mambazo”, grupo vocal masculino formado en la década del 80 y que dignamente representa lo mejor de la música sudafricana. Acompañaron al presidente Nelson Mandela cuando ganó el Premio Nobel de la Paz y cuando se produjo su ascensión a la presidencia de Sudáfrica, terminando con años de oprobio y separatismo que casi anularon a uno de los pueblos más creativos de la historia. Son ganadores de varios premios Grammy, incluyendo el Grammy del 2009 al mejor grupo de música original. Este no es un comentario que quiera quitar el mérito a nadie, sino simplemente un llamado para reivindicar de una vez por todas lo que verdaderamente debe considerarse arte.
---------------------------------------------------------------------------------------------------
Fuente: http://blogs.elcomercio.pe/discoclub/